Quiero compartir con vosotros este fragmento del libro “Si Beethoven pudiera escucharme”, del gran Ramon Gener, en referencia al famoso Enivrez-vous de Baudelaire.

¿Por qué limitarse a embriagarse solo de una cosa o de un par de cosas? ¿Por qué no hacer como Chopin y embriagarse de todo? ¿Por qué no embriagarse de la vida? ¡De toda la vida! Decidí seguir el consejo de Baudelaire y el ejemplo de Chopin y embriagarme de todo aquello que me ofreciera la vida en cada momento: embriagarme de personas, de vidas, de historias, de cuentos, de música, de sonidos, de notas, de sonrisas, de alegrías, de palabras, de poesía… pero también embriagarme de despedidas, de nostalgias, de tristeza y de llanto. Decidí sentirme vivo en cada instante. Decidí vivir hasta el final todo lo que me ofreciera la vida e intentar estar en el lugar adecuado en cada momento, porque como decía el poeta y escritor de cuentos infantiles Hans Christian Andersen, ”Aprovecha la vida, tienes toda la eternidad para estar muerto”.

 

Enivrez-vous (Embriagaos). 1864. Charles Baudelaire:

Siempre hay que estar ebrio. Es lo importante: la única cuestión. Para no sentir el horrible fardo del Tiempo que destroza el hombro y os doblega hacia el suelo, os tenéis que embriagar siempre. Pero ¿con qué? Con vino, con poesía o virtud, como queráis. Pero embriagaos. Y si a veces, en la escalinata de un palacio, en la verde hierba de un foso, en la triste soledad de vuestra habitación os despertáis, la embriaguez amainada ya o desaparecida, preguntad al viento, a las olas, a las estrellas, a los pájaros, al reloj, a todo cuanto huye, a todo cuanto solloza y da vueltas, a todo cuanto canta y habla, preguntad qué hora es; y el viento, las olas, las estrellas, los pájaros, el reloj os contestarán: ¡es hora de embriagarse! Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, embriagaos; ¡embriagaos sin parar! ¡Con vino, poesía o virtud, como queráis!

 

La luz de la estrella que hoy llega a tus ojos salió del astro hace miles de años…

Y hablando de estrellas… Ayer volvía del estudio en coche, y en la radio estaban hablando de la vida de Mari Trini, una estrella. Me vinieron mil recuerdos de mi infancia… Me encantaban sus canciones, su voz… Ella, tan especial.

La luz de su estrella entró en mi casa como un rayo. Yo tenía 7 años.

Cuando ella tenía 7 años contrajo nefritis, una enfermedad que la obligó a permanecer en cama durante 6 años. El tratamiento con cortisona le provocó una deformación en la cara y otras secuelas. Durante su convalecencia leyó muchísimo, libros de música sobre todo, y ya empezó a componer canciones.

Contaron un montón de curiosidades, como que le encantaba conducir coches de Fórmula 1. Que si era homosexual, que si vivió en Londres y París, que si conoció a Paul McCartney, Roman Polanski, Nicholas Ray o Peter Ustinov…

Una vida apasionante, sí. Pero si hoy su luz sigue brillando es gracias a sus canciones, sobre todo a aquel temazo, “Una estrella en mi jardín”.

Ya has parido… Enhorabuena. Tienes en el móvil otra grabación tarareada, un tema que has canturreado andando por la calle y que has titulado provisionalmente como “AAAAA”, o “idea 56 BUENA”, o la fecha de hoy… El caso es que esta vez el tema sí se entiende. Tiene una melodía bien definida y tienes la armonía en la cabeza. Y ahora qué…

O quizás tú eres de los que primero haces la letra y luego te estrujas el cerebro modelando y modulando una melodía que le haga justicia a esa gran historia…

De todo el proceso de creación de una canción, la primera parte es la más bonita, al menos para mí. Antes no había nada y ahora sí, y tiene buena pinta… Ya la tienes, ya es tuya… Pero, ¡despierta! que ahora toca trabajarla…

Roberto Lucha, David César… músicos de España… Nos gustaría saber cómo componéis vosotros… ¿Primero la música y luego la letra? Al revés? Todo a la vez? Ah, contestad también a la gran pregunta… ¿Qué es más importante, la letra o la música? Y no vale decir que tiene que haber un equilibrio entre las dos partes, que esa ya me la sé. Hay que mojarse… Yo me mojo primero. La música.

Recuerdo perfectamente cómo concebí ‘Victory’… “Sin querer”, como casi siempre… No la busqué pero tampoco puse medios. Bajé del autobús y eché a andar, a un ritmo más o menos rápido, allegro, y haciendo sonar un poco más fuerte el primero de cada 4 pasos (4/4). Qué friki, sí!!

Y ahora las primeras notas… Ya viene, ya empieza a dar pataditas… Normal que Miguel Vilches, de Leiber Music, hable de nuestras canciones como “Nuestras criaturas”…

Hay mil maneras de componer. Ojalá que nunca me pregunten cómo nació una que aún no tiene nombre (y eso que ya gatea…). Bueno, venga… Fue en la cola del banco. Qué romántico…

¿Realmente tenéis vuestra manera de componer? ¿Os sentáis frente al piano con una copita y decís, “voy a componer”? ¿Os colgáis la guitarra y mirando por la ventana os empiezan a brotar las ideas? Contesta, Josué Sanher! Recuerdo que me llamó la atención lo que me dijiste en una ocasión sobre esto… Me viene un verso bonito a la cabeza y… No, no. Mejor cuéntalo tú mismo…

Fernando Lorente… Desde que te conozco has compuesto unos 40 temas, ¿cómo lo haces tú? Las canciones digo… jaja.

¿En serio que esperáis a que se duerman los niños? Porque yo parí a una mientras los bañaba… ¿Si no hay estrellas y luna llena no lo hacéis? Hablamos de crear, de la primera idea, no de dejar a la niña ya vestida y peinada…

Y ya que hablamos de crear, ¿qué tenéis que decir los escritores? Jorge Pérez Andersen, Manuel Valderrama… ¿Tenéis una mesa con un cenicero y una máquina de escribir?

Artistas, ¿qué opináis? Rosario Cifuentes, Mariano Cuesta, Vanessa Evans… ¿A plena luz o mejor de noche?

Y tú, ¿cómo lo haces?